viernes, 6 de enero de 2017

Touché

Nos declaramos la guerra,para librar las una y mil batallas.
Lucha tras lucha las miradas la descubrían, encontrando esos pequeños matices que adornaban la imperfecta perfección de su belleza.A veces en los silencios el juraba que ella era lo más hermoso que había visto jamás.
Los besos eran un arma importante pues ellos tenían una de las labores más trascendentales, desnudando cada milímetro de su cuerpo, mostrando en su totalidad,  la infinita complejidad de lo sencillo.
Pero su coraza no la rompían palabras, ni besos,  ni miradas,  no.
Eran los abrazos tras los naufragios,las caricias tras el sexo y el amor tras la vida lo que la desarmaba por completo.